PABLO MONTESINO Y LA EDUCACION INFANTIL EN ESPAÑA



En España la introducción de las llamadas escuelas de párvulos fue promovida por la Sociedad (Real económica matritense) encargada de propagar y mejorar la Educación del Pueblo, fundada en 1838, con el patrocinio real y presidida por el duque Gor, y como vocal figuraba Pablo Montesino. Tendría el carácter de Escuela normal o modelo para la formación de maestros que regentaran las escuelas de párvulos que se crearan en el futuro.
Se creó el manual para los futuros maestros de las escuelas de párvulos que tiene influencia de las teorías pedagógicas.
Para Pablo Montesino educación equivale a criar un niño desde que nace, cuidando de su salud, de sus costumbres y de su enseñanza hasta que se le considera capaz de dirigirse y gobernarse por sí mismos. Plantea tres aspectos/tipos de educación: Educación física, educación moral y educación intelectual y por lo tanto sus procesos educativos deben llevarse a cabo de modo simultaneo, sin que en ningún caso deban predominar unos sobre otros. “cuerpo sano, mente sana”
La educación física no solamente se comprende el fortalecimiento del cuerpo de los niños desde el mismo momento del nacimiento, sino que se refiere también a una educación especifica de todos y cada uno de los sentidos. Montesino estaba convencido que los aprendizajes dependen de la capacidad para ejercitar cada uno de los sentidos y para interesar al niño en la observación.
Montesino también considera que después de las sensaciones, las facultades siguientes son la percepción, la atención, la memoria, la comprensión y por último el juicio, por ello es importante ejercitar en el niño todas estas funciones, para alcanzar ideas claras y distintas, mediante el estimulo y la guía.
Da gran importancia a la formación de hábitos desde edad temprana.
Los sentimientos de amor, confianza, gratitud y respeto se dan desde el primer momento, y tienen su origen en las relaciones del niño con la madre. Dicho sentimientos progresivamente irán extendiéndose a otros seres humanos, empezando por el resto de la familia.

La formación del carácter moral para Montesino consiste principalmente en la repetición de actos virtuosos, hasta que se hayan convertido en hábitos duraderos o costumbres permanentes e invariables.

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